jueves, 28 de abril de 2016

Doni, el duende

Doni era un pequeño duende que vivía en el bosque, se había construido su casa dentro de una gran seta blanca y roja.
Sus amigos eran los animalitos del bosque, el conejito blanco, los patitos del río, los pajarillos que vivían en el árbol de al lado…
A todos les gustaba mucho cantar, y se solían reunir al lado del gran rosal rojo, donde se sentaban todos en corro y cantaban juntos.
Otros animalitos solían ir a verles y a oírles, y se sentaban en las piedras y en las ramas de los árboles a escucharles, eran ardillas, pajaritos, mariposas, saltamontes…. Todos aplaudían con ganas cuando terminaban de cantar
Después iban todos a jugar entre los arboles.
*- Porqué no jugamos al escondite?.- propuso un día Doni- me la quedo yo
Apoyó la cabeza contra un árbol y empezó a contar has 10
Todos corrieron a esconderse y Doni empezó a buscarles. Uno a uno fue encontrando a todos, cada vez que veía a uno corría hasta el sitio donde había contado
*- Por conejito!, por patito!
Sin embargo no terminaba de encontrar a la ardilla
*- Tilla, tilla!.- le llamó Doni.- sal ya, me rindo…!!
Sin embargo la ardillita Tilla no aparecía, así que empezaron a buscar entre todos mientras la llamaban a gritos.
*- Estáis buscando a una ardillita de color rojo?.- preguntó un águila que paseaba por el cielo
*- La has visto?
*- Si, pero muy lejos de aquí, iba corriendo hacia el lago. Parecía que tenía problemas, como si estuviera buscando a alguien.
*-Vamos.- propuso Doni.- tenemos que ayudarle
Doni se subió encima de conejito , y los dos echaron a correr por el bosque buscando a Tilla. El patito no fue porque era demasiado lento para correr por el bosque.
Doni y el conejito fueron corriendo en la dirección que les indicó el águila, pronto encontraron las huellas de la ardillita, y les resultó muy fácil seguirlas.
De repente las huellas desparecieron, estaban en la entrada de una gran cueva, era como si la ardiliita hubiera entrado allí, pero a Doni le daba miedo, ¿y si era la cueva de algún gran oso?
*- Tenemos que entrar Doni, Tilla, puede estar en peligro
*- Está bien, entraremos despacito sin hacer ruido,
Conejito con Doni subido sobre su espalda entró de puntillas, y dio paso tras paso muy despacito, comprobando bien dónde ponía los pies.
No se oía nada, y cada vez estaba mas oscuro
*- Pssss, psssss., Doni, Conejito.- les llamó una voz muy bajita
*- Quien eres?
*- Soy yo la luciérnaga, he venido a ayudaros, puedo ir con vosotros e iluminaros el camino
*- Ohhh!, muchas gracias, vamos…
Los tres siguieron su camino en silencio, hasta que a lo lejos desde el fondo de la cueva les llegaron unos gritos
*- Suéltame, déjame salir!!!

Era la ardillita, los tres corrieron hacia ella y se escondieron tras una gran piedra para saber qué estaba pasado.
Vieron a la ardillita metida en una jaula, y al lado suyo una feísima bruja daba vueltas con una gran cucharon a lo que parecía sopita en una gran cazuela.
*- Cállete ya!!, no seas pesado!!, nadie te va a oir, y me está molestando todo el ruido que haces. Cuando termine de cocinar esta pócima, te le beberás y te convertirás en un dragón de dos cabezas, ja, ja , ja ¡!! Si funciona,convertiré a todos los animalitos del bosque en dragones, será el bosque de los dragones, y todos me obedecerán, ja, ja, ja!!!
Tilla, la ardillita seguía gritando y sus tres amigos empezaron a temblar de miedo cuando oyeron los malvados planes de la bruja
*- Que hacemos?.- preguntó el conejito
*- Tenemos que destruir esa cazuela con la pócima y liberar a la ardillita
*- Pero como?
Doni el duende que era el mas listo se puso a pensar, necesitaban un plan!

Doni y Tilla, se escondieron detrás de unas rocas e hicieron un gesto a conejito para que soltara la escoba, así o hizo, la dejó caer al suelo y salió corriendo para que la bruja no le persiguiera.
Esta, la bruja , entró en su cueva con la escoba mientras murmuraba muy enfadada, tenía que seguir cocinando la pócima y hacer el experimento del dragón de las dos cabezas.
*- Ven Tilla, vamos s intentar mover estas piedras para cerrar la entrada de la cueva y que la bruja no pueda salir!!
Entre los dos empujaron, pero las piedras eran demasiado pesadas para ellos, pero vino corriendo conejito que se había encontrado con un oso amigo e iban a ayudarles a cerrar la entrada. El oso que era muy fuerte, cogió con solo una mano una gran roca y cerró la cueva dejando a la bruja encerrada.
El grupo de amigos volvió riéndose muy contentos muy contentos, hacia su casita, la luciérnaga y el oso también y para celbrarlo decidieron hacer una comilona de frutas a la que invitarían a todos sus amigos

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado!!







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