sábado, 14 de mayo de 2016

EL GATO DE LA BRUJA FELIZ

Había una vez un castillo en lo alto de una montaña, donde vivía una malvada bruja que estaba siempre cocinando y experimentando con pócimas en su oscura cocina.
La bruja vivía solamente con un gato negro muy grande de ojos verdes. El gato solía estar siempre con ella, y se paseaba por encima de las mesas donde la bruja guardaba sus botes y botellas con extraños líquidos.
Tenía un armario en un lado con la cocina con varias baldas, en ellas iba dejando el resultado de sus experimentos, así allí había una tortuga con cabeza de conejo, un elefante en miniatura, un perro con cola de pez, había también una planta que hablaba y bailaba......
En estos días estaba trabajando en un nuevo experimento y le mandaba a su gato Beltzi que le ayudara, trayéndole una cosa u otra.
Tenía puesto su vestido negro de bruja y revolvía la cacerola con un gran cucharón. Se había puesto un delantal blanco para no mancharse y mientras revolvía se metia el dedo en la nariz y se sacaba los mocos que también echaba en la cacerola.
*- Beltzi, vete a la despensa y tráeme una rana saltarina de esas que tenemos encerradas en la jaula.
Beltzi corrió a por la rana y la bruja la echó en el caldero mientras seguía revolviendo.
*- Verás Beltzi, si este experimento sale bien, invitaré a cenar a todas las brujas de la zona, les enseñará mi invento  y todas me aplaudirán
*- Miaaauuuu!!
*- Estoy harta de volar sobre una escoba!, es mucho mas bonito ir a caballo, pero claro necesitamos que los caballos vuelen, je, je, je…, y eso es lo que vamos a conseguir querido Beltzi. Cuando los caballos se beban esta pócima les saldrán alas y volarán, se llamarán Pegaso.
Vete a por el pequeño zorro que capturamos ayer en el bosque y tráelo que vamos a probar con él la pócima antes de dársela a los caballos
Beltzi le llevó al pequeño zorro y la bruja sujetándole fuerte por la cabeza le obligó a beber la pócima. Luego le dejó en el suelo y se sentó con Beltzi a ver qué pasaba.
El zorrito empezó a poner cara de asco, se empezó a poner un poco verde, y de repente le salieron dos cuernos al lado de las orejas.
*- No, no y no!!!!!.- gritó la bruja toda enafadad.-, no era eso, hay que repetirlo de nuevo!
Empezó el experimento de nuevo, y al final en lugar de echarle una rana, le echó un ratón
El pobre zorrito volvió a beber de la pócima y la bruja y Beltzi volvieron a esperar a ver que pasaba
El zorrito volvió a poner cara de asco, y empezó a ponerse rojo, y de repente le salió un morro de cocodrilo
*- No, no y no!!!!!.- gritó nuevamente la bruja cada vez mas  enfadada
Empezó el experimento de nuevo, y al final en lugar de echarle una rana, le echó dos serpientes
El  zorrito  bebió nuevamente de la pócima y la bruja y Beltzi volvieron a esperar a ver qué pasaba
Esta vez Beltzi no puso cara de asco ni se volvió de ningún color pero poco a poco fue haciéndose cada vez más y más pequeño.
*- No, no y no!!!!!.- estoy hasta el gorro!!!.- gritó nuevamente la bruja ya enfadadísima. No sé que es lo que he hecho mal, a no ser que……claro!, eso es!, si quiero que a un animal le salgan alas, no puedo echar al final ni ratones , ni serpientes, sino …… Beltzi!, ven aquí!, necesitamos alas de águila. Vamos al bosque a buscar una.
La bruja y el gato, se montaron en la escoba mágica y salieron rápidamente en dirección al bosque, enseguida vieron a tres águilas que volaban haciendo círculos sobre varios pinos muy, muy altos.
*- Agárrate Beltzi!!!.- gritó la bruja y empezó a perseguir a las águilas con su escoba. Las águilas huyeron asustadas, pero la escoba de la bruja era mas rápida, las alcanzó, se puso al lado de una y estirando el brazo arrancó dos plumas al águila que tenía mas cerca. Esta siguió volando con mucho miedo y desapareció.
Llegaron al castillo y empezó el experimento de nuevo, y al final en lugar de echarle ni  ranas, ni ratones, ni  serpientes, le echó las dos alas del águila, revolvió bien, y volvió a obligarle al zorrito a beberlo.
Esta vez al zorrito empezaron  a salirle alas a los costados que fueron creciendo hasta convertirse en grandes alas, pero eran demasiado grandes para que un zorrito tan pequeño pudiera moverlas.
La bruja empezó a saltar de alegría:
*- Lo conseguí, lo conseguí!!, vamos Beltzi , vamos a buscar al cabalo blanco y le daremos la pócima.
Bajaron corriendo a las caballerizas, donde vivía el caballo blanco y la bruja le obligó a beber de la pócima
El caballo empezó a relinchar, hiiiii, hiiiiii, y empezaron a crecerle las alas.
La bruja y Beltzi se montaron en el caballo, al que llamaron Pegaso, y éste abrió las enormes alas, y empezó a volar, muy alto, muy alto.
*- Yupiii!, yupiii!.- gritaba toda contenta la bruja
*- Miauuu!, miauuu!.- gritaba también el gatito.
*- Iremos al castillo de mis primas, las brujas del grano en la nariz para enseñárselo.
Llegaron al castillo , sus primas las brujas del grano en la nariz se quedaron alucinadas cuando la vieron llegar sobre una caballo blanco con alas. Todas lo querían acariciar. Y aceptaron ir a cenar al castillo de la bruja feliz y Beltzi para celebrarlo al día siguiente.
Prepararon una gran cena, y en el centro de la mesa, pusieron una cacerola con la pócima qu había descubierto la bruja feliz. Cuando terminaron de cenar, estaban tan contentas que empezaron a dar pócima a todos los animalitos que encontraron. Cuando se hizo de noche del todo y salió la luna llena grande como una pelota, volaban por encima del castillo no solo solo los caballos, sino también los cerdos, los conejos, las ardillas, hasta el propio Beltzi bebió de la pócima y terminó la noche volando.


Y colorín colorado…., este cuento se ha acabado.

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