jueves, 9 de junio de 2016

EL CANGURO Y LA RANITA SALTARINES

Había una vez en un lejano. Muy lejano país llamado Australia, vivía un canguro saltarín que se llamaba Salti.
Salti vivía con todos los demás canguros, pero no le gustaba demasiado estar todo el día aprendiendo cosas en la escuela de canguros, sino que lo que él quería era siempre jugar, y jugar… Por ello cuando nadie le veía solía escaparse hasta la charca en la que vivía su amiga la ranita Anita, y con ella jugaba a saltar y saltar, a ver quién daba los saltos mas altos.
Los últimos días siempre ganaba la ranita Anita, y Salti el canguro, estaba pensando seriamente en adelgazar un poco, ya que había comido últimamente muchas chuces , por su culpa le había salido una gran triporra y no podía saltar muy alto.
*- Ya no quiero jugar a saltar.- dijo enfurruñado Salti

*- Vaaale,.- aceptó Anita la ranita.- ¿vamos a dar un paseíllo?
Los dos fueron dando saltitos por el bosque hasta que llegaron a las afueras y vieron una carretera
*- ¿Dónde estamos?
*- No lo sé, creo que nos hemos perdido, hemos saltado demasiado
A lo lejos vieron que por la carretera aparecía un camión, y decidieron pedir ayuda al señor camionero.
Salieron al medio de la carretera y empezaron a agitar los brazos
*- Ehhh!!,  señor camionero!!!
 El camión frenó haciendo mucho ruido y el señor camionero bajo muy, pero que muy enfadado , y se acercó a ellos
*- Se puede saber que estáis haciendo en medio de la carretera??.- gritó.- acaso no sabeis que es muy peligroso, que no se puede salir a la carretera!!!
Los saltarines se asustaron mucho, ellos no habían vista antes ninguna carretera y no sabían que no se podía andar por ella
*- Lo sentimos mucho, señor, no lo sabíamos
*- Pues ahora ya lo sabéis, está prohibido andar por la carretera, y para cruzarla hay que ir de la mano de un mayor ¡!

Los saltarines prometieron no volver a hacerlo
*- Nos hemos perdido, dijo el canguro, ¿nos puede ayudar a volver a nuestra casa?
*- ¿Dónde vivís?
*- Al dado del  lago, detrás del gran manzano
*- En el mapa no pudo ver  el gran manzano y lagos hay tres, cual será? Subiros al camión y a ver si veis a través de la ventana el camino para volver
Los saltarines se subieron y mientras el camión avanzaba por la carretera despacito, iban mirando a un lado y a otro por las ventanillas, y no veían nada conocido.
El camión seguía avanzando y al cabo de un rato, dejaron de verse árboles, y empezaron a ver muchos edificios muy altos.  Salti y Anita sintieron miedo.
*- Señor, señor dónde vamos?
El señor se rió con una risa muy extraña,
*- Ja, ja, ja, ja…, es que a vosotros nunca os han dicho que no podeis montaros en el coche de un desconocidos ¿??, ja, ja, ja….
Y mientras decía eso, su cara se iba transformando, se le iba arrugando la piel, le creció la nariz, le salió una gran verruga en la punta de la nariz…, se le fue encorvando la espalda, y en lugar de pantalones, le apareció sobre su cuerpo un largo vestido negro,  no era un camionero…, era,,,…..
*- Una bruja!!!, una bruja!!! Empezaron a gritar a la vez  los saltarines
El camión entró en la ciudad y aparcó debajo de un túnel, en el túnel, muy escondidito en la oscuridad había una puerta por la que se entraba a la cueva de la bruja.
Esta agarró a los dos y les metió a empujones hasta la cocina de su cueva.
*- Habéis cometido varios errores.- les dijo;
El primero, no haber  ido a la escuela y el segundo montaros en un vehículo con un desconocido, pero me habéis venido muy bien , porque yo necesitaba dos animalitos saltarines como vosotros para probar mi última pócima.
El canguro y la ranita temblaban de miedo
*- Nooo, por favor, déjenos marcharnos
*- Ni hablar, vais a beber esta pócima!!
*- Nooo
*- Si, vamos abrid la boca, esta pócima sirve para que los animalitos saltarines dejen de saltar y les aparezcan alas para volar!!
Los dos saltarines bebieron, y….., la pócima de la bruja funcionó, de repente notaron como sus patitas no podían saltar, y en su lugar les aparecieron fuertes alas para volar
*- Siii, bravo, que buena soy.- gritaba la bruja entusiasmada!!
La ranita abrió sus pequeñas alas y empezó a volar chocándose contra el techo y cayendo al suelo, y el canguro agitó las alas, vió la puerta y le gritó:
*- Anita, a que esperas?, sígueme!!
Los dos echaron a volar por la puerta, salieron a la calle y siguieron volando hasta que encontraron el bosque y la zona donde ellos vivían
La bruja gritaba desesperada,
*- No os vayais!, quietos aquí!, por favor….- terminó llorando
Y los saltarines tuvieron que acostumbrarse a un nuevo estilo de vida, empezaron a ir a la escuela de las águilas en lugar de a la de canguros, y se dedicaron a  jugar a quien vuela mas rápido
Y colorín colorado,… este cuento se ha acabado


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