Había una vez en un lejano.
Muy lejano país llamado Australia, vivía un canguro saltarín que se llamaba
Salti.
Salti vivía con todos los
demás canguros, pero no le gustaba demasiado estar todo el día aprendiendo
cosas en la escuela de canguros, sino que lo que él quería era siempre jugar, y
jugar… Por ello cuando nadie le veía solía escaparse hasta la charca en la que
vivía su amiga la ranita Anita, y con ella jugaba a saltar y saltar, a ver
quién daba los saltos mas altos.
Los últimos días siempre
ganaba la ranita Anita, y Salti el canguro, estaba pensando seriamente en
adelgazar un poco, ya que había comido últimamente muchas chuces , por su culpa
le había salido una gran triporra y no podía saltar muy alto.
*- Vaaale,.- aceptó Anita la
ranita.- ¿vamos a dar un paseíllo?
Los dos fueron dando
saltitos por el bosque hasta que llegaron a las afueras y vieron una carretera
*- ¿Dónde estamos?
*- No lo sé, creo que nos
hemos perdido, hemos saltado demasiado
A lo lejos vieron que por la
carretera aparecía un camión, y decidieron pedir ayuda al señor camionero.
Salieron al medio de la
carretera y empezaron a agitar los brazos
*- Ehhh!!, señor camionero!!!
El camión frenó haciendo mucho ruido y el
señor camionero bajo muy, pero que muy enfadado , y se acercó a ellos
*- Se puede saber que estáis
haciendo en medio de la carretera??.- gritó.- acaso no sabeis que es muy
peligroso, que no se puede salir a la carretera!!!
Los saltarines se asustaron
mucho, ellos no habían vista antes ninguna carretera y no sabían que no se
podía andar por ella
*- Lo sentimos mucho, señor,
no lo sabíamos
*- Pues ahora ya lo sabéis,
está prohibido andar por la carretera, y para cruzarla hay que ir de la mano de
un mayor ¡!
Los saltarines prometieron
no volver a hacerlo
*- Nos hemos perdido, dijo
el canguro, ¿nos puede ayudar a volver a nuestra casa?
*- ¿Dónde vivís?
*- Al dado del lago, detrás del gran manzano
*- En el mapa no pudo
ver el gran manzano y lagos hay tres,
cual será? Subiros al camión y a ver si veis a través de la ventana el camino
para volver
Los saltarines se subieron y
mientras el camión avanzaba por la carretera despacito, iban mirando a un lado
y a otro por las ventanillas, y no veían nada conocido.
El camión seguía avanzando y
al cabo de un rato, dejaron de verse árboles, y empezaron a ver muchos
edificios muy altos. Salti y Anita
sintieron miedo.
*- Señor, señor dónde vamos?
El señor se rió con una risa
muy extraña,
*- Ja, ja, ja, ja…, es que a
vosotros nunca os han dicho que no podeis montaros en el coche de un desconocidos
¿??, ja, ja, ja….
Y mientras decía eso, su
cara se iba transformando, se le iba arrugando la piel, le creció la nariz, le
salió una gran verruga en la punta de la nariz…, se le fue encorvando la espalda,
y en lugar de pantalones, le apareció sobre su cuerpo un largo vestido negro, no era un camionero…, era,,,…..
*- Una bruja!!!, una
bruja!!! Empezaron a gritar a la vez los
saltarines
El camión entró en la ciudad
y aparcó debajo de un túnel, en el túnel, muy escondidito en la oscuridad había
una puerta por la que se entraba a la cueva de la bruja.
Esta agarró a los dos y les
metió a empujones hasta la cocina de su cueva.
*- Habéis cometido varios
errores.- les dijo;
El primero, no haber ido a la escuela y el segundo montaros en un
vehículo con un desconocido, pero me habéis venido muy bien , porque yo
necesitaba dos animalitos saltarines como vosotros para probar mi última
pócima.
El canguro y la ranita
temblaban de miedo
*- Nooo, por favor, déjenos
marcharnos
*- Ni hablar, vais a beber
esta pócima!!
*- Nooo
*- Si, vamos abrid la boca,
esta pócima sirve para que los animalitos saltarines dejen de saltar y les
aparezcan alas para volar!!
Los dos saltarines bebieron,
y….., la pócima de la bruja funcionó, de repente notaron como sus patitas no
podían saltar, y en su lugar les aparecieron fuertes alas para volar
*- Siii, bravo, que buena
soy.- gritaba la bruja entusiasmada!!
La ranita abrió sus pequeñas
alas y empezó a volar chocándose contra el techo y cayendo al suelo, y el
canguro agitó las alas, vió la puerta y le gritó:
*- Anita, a que esperas?, sígueme!!
Los dos echaron a volar por
la puerta, salieron a la calle y siguieron volando hasta que encontraron el
bosque y la zona donde ellos vivían
La bruja gritaba
desesperada,
*- No os vayais!, quietos
aquí!, por favor….- terminó llorando
Y los saltarines tuvieron
que acostumbrarse a un nuevo estilo de vida, empezaron a ir a la escuela de las
águilas en lugar de a la de canguros, y se dedicaron a jugar a quien vuela mas rápido
Y colorín colorado,… este
cuento se ha acabado
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